Mc 2,1-12
Impresiona este pasaje del Evangelio. La creatividad de los camilleros que portan al paralítico es llamativa. Logran llevarlo a la misma presencia de Jesús, a pesar del gentío. Y ya sabemos lo difícil que es pasar cuando se agolpa tanta gente. Más con una camilla.Pero si llamativos son los transportistas, más llamativa es la palabra y la acción de Jesús. Él regala su perdón a aquel hombre postrado, inclinado, hundido en la enfermedad del egoísmo. Jesús le hace levantar. Le devuelve su dignidad, su posición de caminante, de hombre que ya no vive agachado sino en posición recta.Patxi nos lo cuenta muy bien con su dibujo. El paralítico vuela en su curación. Le cura el perdón, le cura el amor de Jesús. Y el Padre se siente feliz con ello. Cuando veamos una cometa por el cielo azul, recordemos que Dios se siente muy feliz con la fe de sus hijos y quiere que vivamos al aire de su Espíritu. ¡Qué hermosas las cometas en el cielo! No lo olvidemos: el perdón de Jesús nos lleva al abrazo del Abba.
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